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Cine

Argo, una historia de película con final de película en los Oscar

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| EFE
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La noche de los Oscar 2013 no tenía un claro ganador a priori. A la Academia de Hollywood se la veía indecisa en la previa, y quizá por ello decidió repartir estatuillas para que todo el mundo se fuera contento a casa. Argo, la que más, pues se llevó el premio gordo de la nocheLincoln, la que menos, pues de 13 nominaciones solo se llevó dos premios. Con todo, quedó al final una sensación de previsión cumplida. Favoritos como Daniel Day-Lewis, Jennifer Lawrence, Anne Hathaway y Christoph Waltz se llevaron su premio sin hueco casi para la sorpresa. Tampoco hubo premio español en una gala en la que los Oscar recuperaron el toque clásico del musical. Intento fallido de dar más espectáculo. Menos humor. Más aburrimiento.

 

Una película no ganaba el Oscar al mejor filme del año sin estar nominado su director desde que lo hiciera El chofer y la señora Daisy en 1989. Sonaba a injusticia para Ben Affleck, el gran olvidado en su categoría, y ello generaba muchas dudas antes de la gala para saber qué cinta sería la gran triunfadora. Acostumbrada a cosechar éxitos en otras entregas de premios,Argo aquí no lo tenía tan fácil. Sin embargo, por lo que sea, sonaba a favorita. La historia, nunca mejor dicho, era de película. Y eso, nunca mejor dicho, gusta en Hollywood. Si a eso le sumamos la presencia de un director-actor que cada vez tiene mejor pinta —lleva ya dos Oscar y no cómo intérprete—, estaba claro que Argo tenía mucho que decir esta noche.

Tres premios para la película. Pocos para lo que acostumbran a llevarse los filmes vencedores de los Oscar. Eso permitió que el resto de las nueve grandes favoritas se llevaran algo. Solo Una niña maravillosa se quedó de vacío, aunque ya era premio llegar hasta donde ha llegado. Como siempre se busca a una cinta fracasada, el título este año recae en el Lincoln de Steven Spielberg. Solo dos premios en un boleto con muchas apuestas.

Si Lincoln iba a ganar algo era el reconocimiento para Daniel Day-Lewis. Mejor actor del año. Ya tres Oscar en sus vitrinas, los tres como protagonista, siendo así el primer actor en conseguirlo. De los mejores actores de la historia, tenga o no premios. En una noche en la que los grandes discursos brillaron por su ausencia, el suyo fue el mejor, con broma incluida: “Hace un año pensaba que yo haría de Margaret Thatcher y que Meryl (Streep) -que le dio el premio- haría de Lincoln”. Interpretar al presidente más popular de la historia de EU ya significaba un premio seguro.

Como mejor actriz quedó Jennifer Lawrence, por su papel en la tragicomedia El lado bueno de las cosas. Un papel que gusta por su mezcla de drama y humor. Una actriz que gusta por su mezcla de juventud y talento. Por Lawrence tiene talento de sobra y ya sabe que es una de las actrices del momento. Se quedó sin palabras al recoger su Oscar, quizá por el tropezón previo antes de subir al escenario. El público, en pie.

Waltz y Hathaway

Si previsibles eran los premios mencionados, casi más lo eran los Oscar a los mejores intérpretes de reparto. Las quinielas no fallaron. Primero para Christoph Waltz, que abrió la ronda de galardones de la noche, por su soberbio papel en Django sin cadenas. Otro regalo deQuentin Tarantino que el actor austríaco supo aprovechar con creces, como hiciera hace unos años con Bastardos sin gloria

Gracias a Tarantino por atreverse con unos proyectos que otros no haríanAgradeció el premio especialmente a Tarantino “por atreverse con unos proyectos que otros no harían”. Recomendación: no perderse nada de lo que haga este actor. De lo mejor del cine actual.”Se ha hecho realidad”, decía una emocionada Anne Hathaway al recoger su premio por su breve papel en Los miserables. La decadencia de su personaje en el musical es inolvidable, emotivo, igual que su interpretación del tema principal de la película. La actriz iba poco a poco pisando fuerte en Hollywood y este Oscar le da el impulso definitivo. Deja así su nombre para la historia… y con recorrido para ganar más.

Tres grandes

Ang Lee. Quentin Tarantino. Michael Haneke. Tres grandes que, “gracias al Dios del cine” —recuperando la expresión de Lee—, tiene aún mucho que dar. Vamos por partes. El primero se llevó el Oscar al mejor director por ese espectáculo visual llamado Una aventura extraordinaria, un regalo para la vista que se ha llevado cuatro premios, más que nadie esta noche. El segundo tenía un Oscar cantado por su guión de Django sin cadenas. “Ha sido el año de los guiones”, comentaba ‘míster’ Tarantino que ya se ha ganado, desde hace tiempo, el derecho a que película que hace, película que hay que tener en cuenta.

Lo mismo se puede decir del austríaco Michael Haneke. El director ha enamorado a Europa con sus películas, ahora por fin ha conquistado Hollywood con esa maravilla, y demoledora, llamadaAmor. Oscar a la mejor película de habla no inglesa, tenía cinco nominaciones. “Gracias a todos, sobre todo a mis dos grandes actores de la película (Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva). Sin ellos, no estaría yo aquí”, dijo.

Vuelve el musical

Los Oscar 2013 se quedaron sin premio español. El diseñador Paco Delgado, responsable del vestuario de Los miserables, era la opción, pero no hubo suerte. Tampoco la ‘nacionalizada’ Naomi Watts pudo conquistar la estatuilla para Lo imposible. Otra vez será.

Y hubo anécdota, siempre las hay, pues se dio un Oscar compartido en la categoría de mejor montaje de sonido. La noche más oscura y Skyfall se lo llevaron. No es novedad, pues en alguna ocasión esta situación se ha producido en estos premios. Mítico fue, por ejemplo, el Oscar compartido en 1969 por Katharine Hepburn y Barbra Streisand.

La noche dejó también el Oscar para la ‘recolectora de premios’ Adele por su canciónSkyfall, de la última película de James Bond, y la vuelta a estos premios de Barbra Streusand 36 años después. Momentazos. Pero no los únicos con toque musical, pues la gala se convirtió más que en una entrega de premios en un escenario propio de Broadway.

La intención era gustar dando espectáculo y se dio con algunos momentos de gran calidad, sobre todo con Los miserables, pero terminó siendo una ceremonia algo aburrida y larga. ¿Dónde estaba el humor? La tarea era del presentador Seth MacFarlane, pero en líneas generales no gustó. Pocos chistes, poca acidez, poco atrevimiento. Sí tuvo buenos momentos como su conexión con el capitán Kirk de Star Treck y la canción, polémica, We Saw Your Boobs; pero no se ha ganado el derecho de volver a ser el maestro de ceremonias de unos Oscar. El cartel ‘Se busca presentador’ sigue colgado en Hollywood. Quizá Michelle Obama, sorpresa final de la gala, tenga algo que decir…

Por: ALBERTO GRADOS / 20minutos.mx / 

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