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Opinión

Tiran piedras y esconden la cara

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El 1 de diciembre aparecieron en TV lanzando un camión contra las vallas que protegían la Cámara de Diputados y robando combustible en una gasolinera de Eje 1 y Joaquín Herrera para después incendiar bancos, cafeterías y restaurantes en el Centro.

Sólo 85 fueron detenidos y 14 pasaron unas tres semanas en la cárcel hasta que el grupo bejaranista en la ALDF eliminó del Código Penal local los 30 años de cárcel por ataques a la paz pública para dejarlo en 2-7 años, por lo que el delito ahora alcanza fianza.

Pero desde el mismo 1 de diciembre el santón de la izquierda violenta los había bendecido:

“No había motivo para usar la fuerza bruta contra los estudiantes”, lamentó AMLO, con quien varios presumen fotografías en sus perfiles de Facebook. Fotografías de camaradas, de cercanía, no de fans o simpatizantes en actos de campaña.

Son pocos, pero se trata de profesionales de la protesta (como los denomina en La Razón la periodista Elizabeth Cuevas) que en sólo cinco meses convirtieron al DF en rehén del vandalismo: destrozos del 1 de diciembre y 1 de mayo y tomas de las rectorías de la UNAM, UAM y UACM.

Se hacen llamar Frente Oriente y actúan encapuchados, pero su narcicismo los rebasa, por lo que Cuevas pudo ver sus rostros y saber quiénes entrando a sus perfiles de Facebook, donde divulgan, en mensajes e imágenes, su protagonismo en destrozos y tomas.

Los principales se llaman Carlos Hernández, Román Borrego, Javier Sasha, Uriel Sandoval, Carlos Esteban Jiménez, Jesse Alejandro Montaño Sánchez y Luna Flores, participantes todos en los hechos del 1 de diciembre, 1 de mayo y los asaltos a las rectorías de la UNAM, UAM y UACM.

Pero como están bendecidos por AMLO, las bancadas del PRD, PT y MC en la Cámara de Diputados se oponen a la iniciativa que propuso el PAN para dar 20 años cárcel a manifestantes que atenten encapuchados contra la paz pública y usen sustancias toxicas, inflamables o explosivas.

Porque el PRD de Los Chuchos es capaz de oponerse a AMLO integrándose al Pacto por México y votando las reformas educativas y de telecomunicaciones, pero no de tocarle a sus “estudiantes” contra los que “no hay motivo para usar la fuerza bruta”.

Los primeros en poner el grito en el cielo ante la iniciativa fueron los perredistas José Luis Muñoz Soria y Roberto López, quienes pagaron la fianza para liberar a los detenidos el 1 de diciembre: “No pasará”, advirtieron.

¿Su razón? Que “criminaliza” la libertad de expresión. Mejor que ellos mismos se quiten la capucha moral y digan la verdad:

Que su izquierda violenta quiere que las minorías sin ley nos impongan su capricho.

Por: Rubén Cortés / elarsenal.net

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