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Opinión

Hoy, a sus 56 años, deja de trabajar Jack-Ma, el hombre más rico de China

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Diez veces fue rechazado por la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts. Un día decidió dejar de dar clases de inglés y comenzó a enfrentar los obstáculos que tenía para progresar. ¿Cuáles son y cómo los venció? Aquí se los decimos:

Jack-Ma afirma que para tener éxito en los negocios, o en la vida en general, es importante vencer los ocho hábitos que él mismo identificó como problema clave, combatió y finalmente dominó. Eso es lo que hizo este hombre, quien un día dejó de dar clases de inglés y entró al mundo de los negocios.

La gran lección que llevó a este hombre, el más rico de China, a pasar de profesor de inglés a exitoso emprendedor, fue que algo que nos sucede sin darnos cuenta y que debemos vencer para maximizar nuestros potenciales. No se trata de un enfrentamiento de hábitos contra decisión, son de algo mucho más sencillo y de muchos mejores resultados: soltar las amarras que nos atan a ocho anclas que una y otra vez nos impiden lograr el éxito.

Jack-Ma nos invita a que hagamos memoria. Recordemos a una o varias personas que nos han contado que les va mal en su trabajo. “¿Y por qué?”, les preguntamos. –No me aumentan en sueldo. –No tengo vacaciones. –No me dan capacitación y otras parecidas son sus respuestas. ¿Qué tienen en común? Que esperan que “ellos” (los demás) hagan algo; pero si no lo hacen, la persona no puede progresar. Ese es el problema grave: que si el círculo vicioso se cierne sobre su cabeza, queda encerrado en él y sin esperanza alguna. Nadie vendrá a remediar su situación –y menos si lo único que hace es quejarse–. Esta persona está encerrada en su propia prisión.

Jack-Ma nos descubre que debemos romper el molde de perdedores y tener una mente ganadora, rica. “Las peores personas a quienes puedes servir son las personas con mentalidad de pobre”. Y nos da ejemplos para ilustrar cómo responde quien tiene esta mentalidad: si le damos algo gratis, desconfían porque puede ser una trampa; si le proponemos una inversión, “Es que yo gano apenas para vivir”; si le dices que es un nuevo modelo de negocio, dirá que seguro es una pirámide o una estafa; si le pides administrar una tienda, dirá que no tendrá libertad para decidir; si le pide que lleve un nuevo negocio, la excusa será que no tiene experiencia en eso.

Algo que une a estas personas desesperadas es que les preguntan a otras que están igual, luego analizan, indagan, comparan, y en resumen piensan más que un filósofo pero se mueven menos que un ciego que guía a otro ciego. Pero pregúntales: “¿Tú qué quisieras hacer?”… No saben qué contestar. Quienes no se arriesgan a enfrentar las preguntas para encontrar la salida de la caverna, durante toda su vida no harán más que esperar y esperar a que alguien, algo externo haga un cambio.

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Para contrarrestar esta inercia que acaba en una vida gris, insípida y plana, salvar los obstáculos y alcanzar el éxito, Jack-Ma define como buenos hábitos los que nos acercan a la vida que queremos llevar; y, malos hábitos, los que nos alejan de esa vida, “robándonos las ideas y la creatividad que son esenciales para conseguir el éxito financiero”. Veamos:

  1. Perder el tiempo lamentándose. Lamentarse es centrarse en el problema en vez de en la solución. Y si a quien se lamenta por su situación le preguntamos qué ha hecho para cambiarla, luego de un silencio oiremos: “Nada”. Preguntarse “¿Puedo sacarle la vuelta a esta situación?, ¿Qué puedo aprender? ¿Cómo evitar que me vuelva a pasar?” es más productivo que lamentarse.
  2. Culpar a otros. El colmo de este mal hábito es que, cuando quien lo tiene fracasa, culpa a los otros; pero claro, si tiene éxito lo presume, se lo adjudica. Toma las riendas de tu vida; los demás influyen en ella, pero eres tú quien la crea.
  3. Miedo al cambio. Muchos profesionales odian su trabajo, están aburridos, pero odian el cambio. Sopesa el riesgo contra el beneficio. Ante una decisión difícil, pregúntate “¿Qué es lo peor que puede pasar?”. Verás que, muchas veces, el resultado adverso no es tan grave, y bien vale correr el riesgo. Piénsalo: el cambio trae oportunidades.
  4. Dejar todo para después. Cerrar los ojos es siempre peor que enfrentar un problema en cuanto puedas. Evita que la cobardía te ciegue; asume la responsabilidad de tu vida ya.
  5. Esperar el mejor momento. Esperar el mejor momento para hacer algo, equivale a esperar que todos los semáforos de la ciudad se pongan en verde cuando pasemos. Y si arrancas ya, aprenderás más y llegarás antes a tu meta. Pocas veces se darán las condiciones óptimas; créalas tú y avanza, porque si te quedas esperando tal vez eso sea lo único que hagas: esperar.
  6. Envidiar el éxito ajeno. En una comunidad competitiva, ver que alguien tiene más éxito que nosotros hace que sintamos al menos un poco envidia… y eso es veneno para el cerebro: te centras en lo que han conseguido los demás y dejas de pensar en lo que tú puedes conseguir.
  7. Creer que el mundo te debe todo. Una cosa es exigir tus derechos y otra lo que hayas hecho para mejorar nuestra sociedad. Tienes derechos, sí, y obligaciones. ¿Quieres un buen empleo?, prepárate; ¿Quieres atención médica?, prepara tu seguridad social; ¿Libertad de expresión?, Exprésate con respeto a los demás.
  8. Actuar por impulso. Eso es permitir que nuestro “yo” más primitivo entre en la interacción. Piensa en todas las posibles consecuencias de nuestro acto impulsivo, sobre todo si están contaminados por una presión, un error o una discusión previa. Detente unos segundos y evalúa tu decisión, su repercusión y luego actúa con buena fe.

La decisión de Jack-Ma –bien meditada, se entiende– sobre dejar de trabajar, provoca en este día una ola de interesantes artículos sobre la fórmula del éxito que definió este hombre, considerado la persona más rica de China. ¿Su negocio? El consorcio digital Alibaba, de renombre mundial.

POR  / COLUMNASEN NIVEL BANQUETA

Financial Mentors TV-Español / Síntesis en español: Alfonso López Collada.

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