Connect with us

Opinión

Hacienda de Manzanillos, actual Instituto Tecnológico de Zitácuaro

Published

on

Enviar Por:

Con relación al casco de la Hacienda que hoy ocupa el I.T.Z, no se sabe con exactitud la fecha en que se construyó, esta hacienda ya la encontramos en registros desde el siglo XVIII, y aparece el año de 1778, administrada por José Joaquín Serrano, y entre su producción se encontraba trigo, alverjón, haba, así como ganado porcino y bovino.

En el siglo XX durante los años de 1904 y 1908 el casco ya estaba terminado, el 15 de enero de 1910 siendo inaugurado en esta fecha. De este periodo el dueño de la hacienda fue el Sr. Don Emilio Esquivel, quien junto con su hermana María Esquivel, vivieron en esta hacienda muchos años hasta 1952.
Se cuenta que este personaje era muy rico, a tal grado que su dominio territorial abarcaba los cerros “cacique” y “pelón”, además de los alrededores de la hacienda. Existía un sótano dentro del casco el cual tenía cuevas que se dirigían hacia una propiedad enfrente de la hacienda y al “cacique”, las cuales el señor Esquivel utilizaba para escapar de los “federales” (pelones) en la época de la revolución.

En la Revolución mexicana (1910-1920) cuyo propósito fue derrocar al Porfirio Díaz del poder, e iniciar el reparto de tierras entre los campesinos, al darse cuenta de esta situación el señor Emilio Esquivel empezó a enterrar su dinero en su territorio, y abandonar la Hacienda, se cuenta que huyendo por el sótano llevándose con él un toro grande de oro que lo acarreo con 12 mulas hacia el “Cacique”.

Algunos mitos dicen que existió un tesoro enterrado en la hacienda ubicado por la cabeza de león, este tesoro está tapado con una barda doble, también existe dinero enterrado entre las paredes. 
En el casco de la hacienda es posible admirar una bellas pinturas, estas son obra del pintor F. Herrera A. en el año de 1951 quien decoró los murales que actualmente luce el edificio.
En 1952 el Sr. Emilio Esquivel vende la hacienda al Gral. Ramón F. Iturbe el cual tuvo que remodelar la hacienda, colocó un salto de agua en la alberca chica, dotó de planta de luz propia que alumbraba la hacienda la que funcionaba manualmente.
El Gral. Iturbe era duro con sus trabajadores pero a la vez era muy noble con la gente, se cuenta que los días 24 de diciembre reunía a todos los niños de la región para darles comida y juguetes, el Gral. Ramón F. Iturbe casi no estaba en la hacienda y por lo tanto no trabajaba las tierras, por lo que la vendió al señor Francisco Espinosa no se supo en que año.

Francisco Espinosa para los años comprendidos entre 1983 y 1989 la vendió al Gobierno Federal, el cual hizo en la hacienda la institución que se conoció como CONAFRUT, este organismo se dedica al sembradío de semillas de claveles y rosales, provenientes de Holanda y que eran exportados a Canadá.
La hacienda no está exenta de mitos y leyendas: se dice que en la hacienda hay un tesoro enterrado, pero como en todo las casas viejas también existen historias de fantasmas.
Entre los años de 1910 y 1920, los federales o pelones utilizaban la hacienda como cuartel, estas personas venían con señoras embarazadas, dentro de la hacienda, existía un chiquero de puercos cerca de la puerta del estacionamiento, cuando las señoras daban a luz, los pequeños niños vivos eran arrojados a los puercos, los cuales se los comían vivos, existe un mito de que en las noches frías y solas la puerta del estacionamiento lloran niños los cuales se cree que son los niños asesinados por los puercos.
Para construir la hacienda se necesitó mucha gente, dentro de toda esta gente existieron ingenieros. Esta leyenda cuenta acerca de la vida de uno de ellos, a principios de siglo llegó un ingeniero para trabajar en la construcción de la hacienda, el cual era acompañados por una niña pequeña que era su hija, un día esta niña murió ahogada dentro de la alberca de la hacienda y se dice que en temporada de lluvia esta niña o su fantasma aparece flotando sobre la alberca.
Otra de estas tantas historias cuenta que hubo una mujer que trabajaba en la hacienda la cual por motivos sentimentales como el que su novio la dejó cometió una tontería, por la parte de afuera del casco existieron unos lavaderos, en estos fue donde la mujer esta se ahorcó colgándose con una soga de una de las vigas del tejado, a veces se escucha el llanto de esta mujer rondando por la hacienda.

Lo más reciente que se tiene de una historia de fantasmas es la aparición de un charro negro el cual deambula por el casco de la hacienda, no se sabe quién era, ni de que murió, pero se escuchan en las noches sus pasos y por los días y noches se han suscitado apariciones. Este charro mejor conocido como “el Charro negro” tiene según algunas personas que le han visto unos botines negros, su sombrero de charro y es de un porte elegante, pero nunca se le ha visto la cara.
Se señala que el “charro negro” es el guardín del tesoro escondido de la hacienda”.

Por : Samuel Ruiz Madrigal. Cronista Vitalicio de Zitácuaro  / Por la Anaccim.

Más leídas