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Opinión

Elba Esther cayó gracias a una mente perversa

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Al confirmarse que Elba Esther Gordillo ya se encuentra en la cárcel por un daño al patrimonio del SNTE de 2 mil 600 millones de pesos hay dos cuestiones que son irrebatibles: que su aprehensión elevará hasta las nubes la popularidad del presidente Peña Nieto; y que la ex presidenta nacional del sindicato nunca tomó en serió, que pese a los planteamientos de la Reforma Educativa y a la actitud desafiante del secretario Emilio Chuayffet, sus días estaban contados.

 

Estos acontecimientos requieren evaluarse desde diversos miradores, como el valorar si su defenestración obedece a un auténtico interés por romper un dique que obstaculizaba elevar la calidad de la educación, o representa la aplicación de una vendetta para eliminar un actor forjado en el priismo y que en los pasados 12 años, para sobrevivir, incurrió en actos de traición hacia el partido que la prohijó.

Para contar con mayores elementos que permitan visualizar si la caída de la ex lideresa se inscribe dentro de un proyecto dirigido a elevar la calidad de la educación, habrá que esperar un tiempo perentorio para asimilar el trabajo que despliega el gobierno para retomar la conducción del proceso educativo y sobre todo apreciar resultados.

Por lo pronto y conforme a los antecedentes de lo que ha ocurrido en los últimos 25 años se estima que los cambios abruptos que se han inducido o instrumentado desde el gobierno para defenestrar de sus cargos a poderosos líderes sindicales, en nada han beneficiado a la nación, sino todo lo contrario.

En el caso del sindicato magisterial, en 1989 se indujeron movilizaciones para sacar del SNTE a Carlos Jonguitud Barrios para colocar al frente a Elba Esther Gordillo. En aquel entonces, lo mismo se manejó, que el dirigente de Vanguardia Revolucionaria era un corrupto y un obstáculo para modernizar la educación. Pero en el fondo de su caída obedecía a otras causas: Jonquitud había traicionado al priismo al apoyar tras bambalinas en 1988 la campaña presidencial del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas.

Por eso mismo cayó en la cárcel el ex dirigente petrolero Joaquín Hernández Galicia, quien aparte de apoyar a Cárdenas durante su campaña, ya arrastraba un pleito casado con Carlos Salinas de Gortari, a quien intentó descarrilar desde que repuntaba como precandidato presidencial, incluso con la publicación de un libelo titulado un “Asesino en Presidencia.

Salinas no se las perdonó, ni a Jonguitud, ni a la Quina. El profesor no terminó en la cárcel porque “entendió con una cachetada”; en el caso del temible ex dirigente ya es sabido todo cuanto le aconteció.

25 años después todo México sabe que Carlos Romero Deschamps y Elba Esther Gordillo son los iconos más representativos de la corrupción sindical, de un viejo corporativismo que el sistema político mexicano no erradicará porque le representa un control efectivo de la masa trabajadora.

Elba Esther Gordillo no tomó en serio que el sistema político, es decir, sus amigos y/o cómplices en diversas aventuras políticas iban a tener las agallas de exigirle que dejara el control del sindicato, ni mucho menos imaginó que iba a terminar tras las rejas. Tan no cruzó esa idea por su cabeza que ayer arribó muy tranquila al aeropuerto de Toluca sin sospechar que afuera del avión la esperaban los agentes de la unidad de inteligencia financiera de la Secretaria de Hacienda para imputarle un desvió millonario de las arcas del sindicato magisterial.

La maestra basaba su confianza en la excelente relación que guarda o mejor dicho guardaba con el presidente Peña Nieto, el mismo que cuando gobernó el Estado de México le dio un trato preferencial. Apenas el pasado 22 de febrero trascendió que el SNTE fue el consentido de Peña Nieto en el 2011.

En este sentido, la Auditoría Superior de la Federación detectó que en ese lapso el gobierno estatal había desviado 846 millones de pesos para la organización magisterial. También son conocidos los viajes que de vez en cuando realizaba Peña Nieto a la residencia que la maestra tiene en Cay Colorado, en San Diego California, para afinar detalles sobre la sucesión presidencial.

Nadie dejará de aplaudir la decisión de que la cínica y corrupta maestra se encuentre tras las rejas, en donde deberían de estar muchos otros políticos que han venido drenando los recursos de la nación con total impunidad.
Al interior de la clase política se interpreta que atrás de la caída de Elba Esther Gordillo se podría ubicar el ex presidente Carlos Salinas, el cual, a no dudarlo, cuenta con una gran fuerza política al interior del gabinete presidencial. El autor intelectual de la investigación en contra de la ex lideresa lo es el titular de Hacienda, Luis Videgaray, muy cercano a Pedro Aspe, el personaje que Carlos Salinas no pudo colocar como candidato sustituto cuando fue asesinado Luis Donaldo Colosio, porque la CTM de Fidel Velázquez se opuso.

Hay muchos indicios de que el ex presidente Carlos Salinas goza de una gran influencia en la residencia oficial de Los Pinos. Y esto también se apreció cuando antes de que iniciara el actual gobierno varios personajes, ligados al ex presidente Ernesto Zedillo, que se perfilaban como integrantes del gabinete peñista, se le aviso una semana antes que siempre no iban a figurar como altos funcionarios de la federación.

Pero esa historia formará parte de otra entrega, de momento lo que hay que apreciar es que si Elba Esther se mantuvo tanto años al frente del sindicato, eso se debió en parte a su perversidad política, y que ahora vivirá tras las rejas, como resultado de que una mente más sofistica y perversa que la de ella, le ganó la partida.

Y con todo respeto sea dicho, dudamos que Luis Videgaray sea propietario de una perversidad que muchos políticos desearían disfrutar dentro de un sistema político donde los angelitos nada tienen que hacer.

Por: Carlos Blanco / elarsenal.net

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