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Opinión

El defensor de los vándalos

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Si son causas políticamente correctas (primero denuncian y luego ven si es cierto) los ombudsman se enganchan, porque acaparar los reflectores de la corrección es parte importante de su trabajo: es el caso de Luis González Placencia.

El Presidente de la CDH del DF empezó a indagar ayer la supuesta detención “arbitraria” de cuatro manifestantes durante el vandalismo de antier en el Zócalo, donde los mismos del 1 de diciembre arrancaron pedazos de losas de la plaza y las lanzaron contra policías.

Nada dijo González Placencia de los dos funcionarios del GDF que fueron retenidos por los vándalos, les robaron pertenencias y los intentaron “privar de la vida”, de acuerdo con el jefe de la SSP local, Jesús Rodríguez Almeida.

Carlos Bello, del área de concertación política del GDF, y un asistente suyo fueron apedreados y, al ser rescatados por la policía, debieron ser hospitalizados en condición de “policontundidos”. Los dos siguen todavía en el hospital. Decenas de policías también resultaron heridos.

Pero a Placencia le preocupa sólo la estridencia de los vándalos, porque ellos si van y escandalizan lo mismo afuera de la PGJDF, que marchan al Zócalo o rompen televisores frente a Televisa Chapultepec, como el 1 de mayo, o destrozan parte del Centro Histórico, como el 1 de diciembre.

La sensibilidad del ombudsman capitalino no llega hasta los policías que ganan apenas siete mil pesos netos mensuales en un trabajo que implica que reciban insultos y agresiones físicas, descalabros, fracturas de nariz, empujones, patadas, escupitajos, pedradas, mordidas y palazos.

A pesar de eso, tienen la orden terminante de “no actuar a menos que esté en riesgo su integridad física”, pero de todos modos si “actúan” (como ayer ante las agresiones de los vándalos) pueden perder su trabajo, ser procesados por la CDHDF y quedar sometidos a juicios penales.

Sin embargo, son esos policías los que propician que el DF goce de altos niveles de seguridad pública. Porque la capital no es solamente la desaparición de 12 jóvenes en un bar de la Zona Rosa o el ajuste de cuentas que cobró la vida de cinco la semana pasada en Tepito.

Por ejemplo, en los primeros cinco meses del año se registraron 17 mil 550 delitos de alto impacto en la ciudad, mientras en igual etapa del pasado año fueron 21 mil 421: es decir, disminuyeron un promedio de 18.1 por ciento.

Según el Reporte de Índice Delictivo de la Ciudad de México, presentado ayer por el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del DF, las mayores reducciones fueron en robo a pasajero de taxi, en vía pública, a pasajero de microbús y la violación.

A, pero nuestro ombudsman persigue a quienes ofrecen estos resultados. ¡Bingo!

Por: Rubén Cortés / elarsenal.net

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