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Michoacán

Lloré por las ganas de abrazar a mis abuelos, dice estadounidense hija de migrantes mexicanos

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Wendy Gisselle Saavedra y 19 jóvenes estadounidenses, hijos de michoacanos, acudieron a la entidad para conocer y disfrutar de la cultura y tradiciones de la tierra que vio nacer a sus padres 

Morelia, Michoacán, a 27 de julio de 2021.- Nacida en California, Estados Unidos, hija de un michoacano y una Oaxaqueña que la última vez que visitaron México fue hace más de 20 años, cuando se casaron, Wendy Gisselle Saavedra no pudo contener el llanto al reencontrarse con sus abuelos paternos y no poder transmitirles el amor de su familia por las restricciones que marca el protocolo sanitario para evitar la propagación de COVID-19.    

“Cuando vi a mis abuelitos sentí muchas ganas de abrazarlos y besarlos, pero mi instinto fue nomas gritar que ya estaba aquí, que me daba mucho gusto verlos porque me da miedo acercarme a ellos por lo del COVID-19, porque ya están grandes y pues lloré por las ganas de abrazarlos, apapacharlos y consentirlos y sentirlos entre mis brazos, pero solo grité mucho, lloré mucho y conviví con ellos de retirado” detalló Wendy.   

Integrante de un grupo de 20 jóvenes estadounidenses de padres mexicanos que visitan México dentro de una iniciativa de inmersión cultural que llevan a cabo de manera coordinada el Instituto de Mexicanos en el Extranjero (IME), la Secretaría del Migrante (Semigrante) y el Ayuntamiento de Morelia, Gisselle llegó a Michoacán el pasado fin de semana para conocer y disfrutar cada detalle de la tierra que vio nacer a su padre, don José David Saavedra. 

“Estar en la ciudad de Morelia, conocer pueblitos, conocer a diferentes tipos de gente, caminar y tener diversas experiencias, reencontrarme con mis raíces, la verdad es que no es nada comparado con lo que dice la gente, la verdad los mexicanos son muy amorosos, un amor que no se ve en Estados Unidos, me quedo con esos encuentros que son muy amorosos”.

Para ella regresar a Michoacán como integrante de este grupo de jóvenes es una experiencia inolvidable, ya que debido a la situación migratoria de sus padres ella solo había viajado a Michoacán acompañada de su hermana menor y algún familiar que las llevaba a la comunidad de Las Mesas, en el municipio de Coeneo. Ahora ha visitado varios municipios más y disfrutado de la cultura y tradiciones de diversas regiones del estado.     

“Ellos solo regresaron una vez a México para casarse y ya tienen más de 20 años que no han visto a sus familiares, yo he venido a ver a mis abuelitos, mi hermanita, la que tiene 14 años se parece mucho a mi papá y cuando venimos mis abuelitos dicen que aunque él no venga y no esté aquí al verla sienten que tienen una parte de él aquí, que está con ellos unas semanas”. 

Además de conocer y disfrutar de la cultura y tradiciones de la tierra que vio nacer a sus padres, estos 20 jóvenes hijos de michoacanos, que provienen de varios estados de la unión americana, señalan que buscarán, dentro de sus posibilidades, incidir en la vida pública de México y Estados Unidos para generar políticas migratorias que les permitan generar una buena calidad de vida para las familias binacionales.

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