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El Papa Francisco renuncia a vivir en el lujoso apartamento pontificio

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Algo está cambiando en la iglesia…

Consta de diez habitaciones, incluidos imponentes salones con suelos de mármol profusamente decorados, una biblioteca, estudio médico, capilla, cocina, comedor… Hablamos del apartamento pontificio, el ‘pisito’ situado en la tercera planta del Palacio Apostólico del Vaticano en el que desde 1903, cuando Pío X se instaló allí por vez primera, viven los Papas. O mejor dicho vivían.

 En una decisión absolutamente extraordinaria y sin precedentes el  ha decidido poner punto final a esa tradición.

El Papa jesuita ha renunciado al lujo del apartamento pontificio, donde ya estaba todo listo para acogerle. “Aquí entran 300 personas”, ya exclamó escandalizado cuando le llevaron hace unos días a verlo para que decidiera las reformas que quería realizar en el mismo.

Francisco, que desde su elección como pontífice hace exactamente 13 días ha destacado en varias ocasiones su deseo de servir a los pobres, ha dicho que por ahí no entra. Que prefiere vivir en la mucho más modesta Casa Santa Marta, la residencia para eclesiásticos que se encuentra en el interior del Vaticano y donde se alojaron los 115 cardenales que participaron en el cónclave. “Al menos por ahora”, aseguraba ayer Federico Lombardi, el portavoz de la Santa Sede, destacando que el Papa prefiere vivir en Santa Marta porque le gusta esa “forma simple de vivir y la convivencia con otros sacerdotes”.

Francisco seguía viviendo hasta ahora exactamente en la misma habitación de la Casa de Santa Marta que le fue asignada antes del comienzo del cónclave por sorteo.

Se había negado incluso a trasladarse a la suite 201, la habitación especial de la casa de Santa Marta destinada a alojar al nuevo Papa mientras se reabría el apartamento pontificio y tomaba posesión del mismo. El Papa sólo ha utilizado la suite 201 para trabajar en ella y celebrar allí reuniones y audiencias.

A lo más que ha accedido ahora el Papa es a mudarse a la suite 201. Y utilizará al apartamento papal para las audiencias oficiales y para el Angelus.

La decisión del Papa de renunciar al boato del apartamento pontificio se debe en parte a su rechazo al lujo y en parte a su intención de no aislarse del mundo viviendo encerrándose en una jaula dorada.

Francisco quiere mantener el contacto con la gente y por las 122 habitaciones de las que consta la casa de Santa Marta, inaugurada en 1996 y situada a pocos metros de la Basílica de San Pedro, pasan numerosos purpurados eclesiásticos llegados de todo el mundo. En el comedor y varios salones comunes de los que consta la residencia Santa Marta Francisco estará en contacto con ellos.

 

Irene Hdez. Velasco/elmundo.es

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